7 recomendaciones para la mujer ejecutiva de hoy

Resulta alentador el cada vez mayor interés que concitan los temas de liderazgo, empoderamiento femenino y la búsqueda de formas, para disminuir la brecha que actualmente existe entre remuneración y participación femenina en la toma de decisiones en las organizaciones.

Sin embargo a medida que se van profundizando estudios, vamos comprendiendo también las muchas aristas de la problemática que enfrentamos las mujeres ejecutivas para poder construir un camino ascendente en el mundo laboral. El trecho por recorrer es aún largo para hablar de equidad de oportunidades y es necesaria la participación activa de muchos actores.

 Liliana Baca Del Risco

 

Aun así, en este panorama definitivamente complejo para las mujeres ejecutivas, sobresalen las luces de numerosas profesionales que han logrado y están logrando carreras exitosas en sus campos de desarrollo.

En este contexto tomo como referentes a Glenda Umaña ,Sila Calderón, Denisse Chinen y Zelma Acosta; quiénes se dieron cita en el Foro de Mujeres Líderes en Entornos Complejos organizado por ESAN, quienes compartieron sus experiencias.

Ellas coincidieron en ciertos aspectos que las ayudaron a superar diversos obstáculos en el camino mientras construían una carrera profesional exitosa, impecable y que ha trascendido inspirando a muchas personas.

1.- Conócete a ti misma: El autoconocimiento Implica la capacidad de conocernos a nosotras mismas como individuos y el estar alerta para identificar nuestras propias motivaciones, sentimientos y emociones, y poder comprender las causas que las originan. Self awareness o autonocimiento es la base sobre la cual construimos nuestra autoestima y la que sostiene y sostendrá nuestro crecimiento personal y profesional. Si como parte de este conocimiento identificamos puntos de mejora, debemos trabajarlos.

2.- La imagen que reflejamos: Tan importante como conocernos a nosotras mismas y valorarnos es el saber si las demás personas perciben de nuestras acciones, lenguaje y actitudes aquello que realmente deseamos transmitir. Conocer la impresión que tienen los demás de nosotras, porque nuestra carrera profesional no se construye en solitario, sino que se soporta en el valor que aportamos en cada actividad, es importante para lograr un equilibrio. Sin embargo, tampoco podemos dejarnos avasallar por la opinión de los demás.

3.- Redes de apoyo: El camino no tiene que ser recorrido a solas, formemos nuestras redes de apoyo con personas de nuestro entorno que nos ayuden a sobrellevar algunas de las múltiples actividades que necesitamos atender, por ejemplo, apoyarnos en algún miembro de nuestra familia, compartir roles con nuestra pareja, aceptar la ayuda cuando nos es ofrecida, y buscarla cuando la necesitamos. No temamos pedir ayuda, pues no es signo de debilidad, al contrario, es una señal de responsabilidad y organización el poder identificar personas en quienes podemos confiar para pedir un favor, un consejo o tal vez una palabra de aliento.

4.- Solidaridad: Mucho se habla de la competitividad entre las mujeres, tal vez porque sentimos que debemos esforzarnos el doble para demostrar que tenemos la capacidad de alcanzar las mismas metas que nuestros pares varones.  Pero cuidemos el no trasladar esa inclinación a competir en una rivalidad entre nosotras mismas. De lo que se trata es buscar un contexto más favorable para que las mujeres podamos desarrollarnos mejor en el mundo laboral y no incorporar más obstáculo al camino. Seamos facilitadoras del talento de otras mujeres y sin saberlo estaremos desarrollando nuestra propia capacidad de liderazgo. Aprovechemos nuestra capacidad intuitiva para ver más allá de las palabras y de las acciones de nuestras colegas, y tratar de comprender sus motivaciones en lugar de competir.

5.- Gestionar los cambios: Los cambios son parte de la vida, lo mismo sucede con nuestras carreras profesionales. Mientras tengamos nuestros objetivos claros no temamos al cambio. Muchas oportunidades se pierden por el temor a enfrentar una nueva situación y mirar con angustia la connotación que pueda tener para nuestra vida personal. Lo peor que nos puede pasar es dejar que el cambio suceda, sin nosotras, y nos quede solo preguntarnos qué hubiera pasado. Al mantener nuestros sentidos atentos al entorno, nuestra intuición a menudo nos permitirá captar las señales, que, con apertura de mente y confianza en nuestra capacidad, pueden convertirse en la oportunidad que necesitábamos para brillar.

6.- Reconoce tu valor: Solemos pensar que hablar sobre nuestros logros puede sonar a soberbia, pues no. Asumamos el crédito por nuestros logros ya sea que se alcanzaron por el esfuerzo individual, participando de un equipo o liderándolo. Tengamos claro el valor de nuestra contribución y no dudemos en sentir orgullo al mencionarlo cuando sea relevante. No olvidemos tampoco asumir nuestra responsabilidad por nuestros errores con madurez, gestionar los errores implica sacar una lección aprendida y seguir adelante.

7.- Preparación y persistencia: Seamos objetivas al reflexionar que necesitamos saber o hacer para alcanzar nuestro objetivo y busquemos herramientas específicas. Con cada vez mayor variedad de formatos de capacitación, la actualización de conocimientos y habilidades es más accesible. Acerquémonos a personas que tienen la capacidad de retarnos a seguir adelante y que nos pueden inspirar a desarrollar nuestra capacidad, y tratemos de establecer una relación de mentoría. La experiencia narrada del propio protagonista y el consejo de quien superó dificultades es invalorable y puede ser la dosis de inspiración que necesitamos.

Nosotras sabemos que las dificultades que hemos enfrentado en diversos momentos de nuestras carreras aún persisten para las mujeres, aunque con algunos matices. Por ello, compartamos un consejo, una felicitación, un elogio o un feedback con los miembros de nuestros equipos, y no tengamos tampoco temor de recibirlos.

 

(MBA) Liliana Baca Del Risco

Coordinadora General

Career Center ESAN